El jardín de Bronce es una serie argentina y una de las grandes sorpresas de la temporada, para aquellos que no se encuentren cómodos escuchando hablar en castellano de Argentina, les recomendaría que tuvieran paciencia y le den una oportunidad. No se arrepentirán de ello.
Fabián y Lila Danubio son un matrimonio que no están pasando una buena época en su relación y el problema se ve incrementado cuando un día su única hija Moira de 4 años, debía acudir a un cumpleaños con su niñera y ninguna de las dos aparecen. Es aquí cuando las alarmas de la desesperación suenan muy fuerte.
La familia Danubio paseando por el parque
El gran acierto de la serie es no estirarla más allá de lo necesario, tener unos personajes muy creíbles y unos diálogos a la altura de la escuela de interpretación argentina.
SPOILER: El arquitecto Fabián Danubio pone el caso en manos de la policía, pero ve que sus métodos no solo van por el carril más lento, sino que no aportan ni pistas, ni esperanzas para encontrar el paradero desconocido de la pequeña.
La desesperación llega a la familia y Lila bajo una fuerte depresión, se quita la vida saltando por la ventana de su vivienda. Fabián, no mucho mejor que ella en cuanto a ánimos y ante las pocas posibilidades de éxito, decide también quitarse la vida, pero aparece "su ángel de la guarda" en la figura del detective privado César Doberti. A partir de aquí el caso tomará un rumbo muy diferente ya que el ex-policía trabaja con unos métodos más rudimentarios y efectivos. Mientras, la policía hace lo que puede y es aquí cuando aparece la policía Lidia Blanco que se involucra más en el caso y también de forma sentimental con Fabián.
César Doberti un gran investigador al servicio de una causa casi imposible
Lidia Blanco
Después que la pareja se mete en los suburbios más quejumbrosos de Buenos Aires y encuentren personas peligrosas y policías corruptos, llegan a un punto en concreto donde en un hostal descubren el cadáver de la niñera. Pero ni rastro de la niña. Ahora todas las posibilidades entran, trata de blancas, prostitución, venta de órganos...
Y así pasan diez años y el caso parece congelado, hasta que...Doberti obtiene una información muy importante para el caso y se vuelve a reencontrar con Fabián para activar la investigación de nuevo. Y por arte de magia, Blanco llega de nuevo a la comisaría. Han descubierto el arma con el que asesinaron a la niñera y pertenecía a un policía de dicha comisaría. Pero ese policía ya está muerto y ahora vigilan a su hijo. Doberti entra sin permiso en la casa y allí es asesinado por un hombre que oculta su rostro con una capucha, cuando entra Fabián y antes de morir, le entrega una araña de bronce.
Esto dará pie a una investigación sobre el material, escultores y motivos que lo llevarán a la selva siguiendo a un familiar de un escultor. Allí en un jardín encuentra unas figuras de bronce, su asombro aumenta cuando ve reflejados los rostros de su mujer y su hija y más aumentará su incredulidad cuando ve aparecer a...Moira.
Fabián recorrerá el mundo mientras tenga una sola oportunidad de encontrar a Moira
El asombro de Fabián lo dice todo
Lidia Blanco con ayuda de ex-detective Fanego, arruina una entrega de chicas en el mercado de trata de blancas y cuando se entera del viaje de Fabián, se va a buscarlo junto con su gran amigo Sergio Reidel. Y gracias a ésta decisión salvan la vida de Fabián, quien fue atacado por el mismo hombre que lo llevó hasta allí...el escultor.
Por lo visto la mujer de Fabián era hermana de este hombre y cometieron incesto, fruto del cual nació Moira y aquel acudió a la ciudad a buscar a su amor y a su hija, acercándose a la niñera para raptar a la niña. Ahora a padre e hija solo les queda recuperar el tiempo perdido.
¿Quién dice que no pueden ser felices?
A pesar de saber que el amor de su vida no le contó la verdad, Fabián no renuncia a Moira. FIN SPOILER
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