Pues justo un año después de despedirnos de la magnífica primera temporada de Rapa, abrimos los brazos para recibir otra trama más del binomio Maite-Tomás.
Recordemos que los productores son los mismos de la serie HIERRO, de la cual guarda muchas referencias. Sinceramente para el que esto escribe, es mejor que la primera, a pesar de las limitaciones cada vez más visibles de Tomás. Con lo cual adelanto que no creo que se alargue más allá de una tercera temporada. Como curiosidad, la grabación se centra prácticamente en el arsenal de El Ferrol.
SPOILER: Durante un acto militar en el arsenal, el personal echa de menos a la Comandante Palmira Sineiro y la preocupación va en aumento cuando van pasando las horas y no aparece.
Así que Maite que la pifia en una redada de tráfico de drogas, es asignada al caso "Sineiro" en el arsenal de el Ferrol, junto al cabo Manuel Bolaños.
En la detención son arrestados Corbelle, cabecilla de la trama y su primo menor, el indeciso Tacho, a quien Maite le ofrece un trabajo de conductor, después que Tomás pierda el conocimiento conduciendo y tenga un pequeño accidente. Es en el mismo hospital donde conoce a Laureano, padre de un chaval asesinado hace casi 20 años, cuyo presunto asesino está cumpliendo condena y en pocos días todo prescribirá y el caso será archivado. Tomás recibe toda la documentación para investigar el caso de César Sedes.
Lo que llama la atención del personal del arsenal es la poca colaboración en general para ayudar con el caso. Incluso negándole las imágenes de las cámaras de seguridad. Maite y Bolaños visitan al marido, Amador Caldaloba junto a sus hijos, Bruno y Estela. El chaval no se lleva con su padre y los conduce a casa de Cristina, la amante de su madre.
A los días aparece el cadáver de Palmira cerca del arsenal. Tomás decide visitar en prisión a Arturo, el culpable del asesinato y no es nada bien recibido. Por otro lado reúne varios relatos de que César no era el chico ejemplar que su padre pensaba, un chico soberbio y manipulador. Aparece en escena Chamorro, antigua novia de César.
Tomás y Maite tienen un mal rollo por el futuro de él, ella quiere que acepte la idea de poner un ascensor en su edificio y él no quiere, porque no quiere alargar su vida cuando la enfermedad se manifieste en su totalidad.
Tacho cobra vital importancia en el día a día de Tomás, a pesar de la negatividad de su primo. Le ayuda en su investigación y terminan en el depósito municipal, encontrando un pendiente de la persona que conducía el coche durante el atropello de César y al digitalizar unas fotos antiguas, averigua que la que conducía era una chica.
El pendiente lleva a Tomás a la tienda de la mejor amiga de Chamorro y comienza a unir piezas del puzzle. Tacho es recogido por su primo y se reúnen con el Alférez Ignacio, el cual tiene un negocio ilegal con Corbelle y oro encontrado por un buque.
Tomás descubre que César se acostaba con chicas y las grababa, para luego hacerles chantaje, de ahí ese gran nivel de vida. Con ayuda del abogado de Laureano, ya que aquel lo echó de su casa al averiguar lo que decía de una nueva culpable, encuentra las cintas de vídeo.
Maite sospecha de Ignacio, pero va todo mucho más allá. Tomás está convencido de que Chamorro es la asesina y consigue sus huellas en una taza y coinciden con las del pendiente encontrado. Ella se ve atrapada y le comunica a Laureano que es la autora del crimen de su hijo, éste la entrega a la justicia.
El equipo de Maite junto a la juez Togado acuden al arsenal y revisan el buque Atalaya, descubriendo donde fue asesinada Sineiro. Ella vio algo desde su ventana y cuando acudió al buque, la asesinaron y tiraron su cuerpo en alta mar. Ignacio no actuaba sólo, Sebastián, el ahijado del Almirante es su socio, los dos son detenidos y entregados a la justicia.
Tacho ayuda a capturar a los dos asesinos y se libra de su primo que es encerrado en prisión. Tomás decide comprarse un chalet con unas vistas impresionantes. FIN SPOILER
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